Su interés principal en la educación es
el niño. La educación debe impartirse centrada en el niño y avanzar en sus
intereses. Estimular su interés para que pueda descubrir las cosas por si.
Su idea desarrolla que la escuela debe
contribuir a que el niño aproveche las posibilidades que trae al nacer y
use todas sus capacidades con fines sociales.
El niño desde que crece hasta que
alcanza la plena maduración reconstruye esta historia viviendo, de forma
recapitulada, procesos similares. (La ontogénesis es una forma abreviada de la filogénesis) modelo de reconstrucción de experiencias.
Además la escuela debe
tener un papel social para formar en los jóvenes el sentido democrático.
Da importancia a la educación laboral,
trabajo manual, uso de herramientas, etc. El alumno debe pensar y actuar
individualmente.
La tarea fundamental del docente
debe ser la de proporcionar un buen ambiente que estimule la
respuesta del estudiante y que dirija su aprendizaje.
- Afirmaba que los niños no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas en las que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilización. Cuando el niño llega al aula “ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla”.
- Cuando el niño empieza su escolaridad, lleva en sí cuatro impulsos innatos –el de comunicar, el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma más precisa” que constituyen “los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el crecimiento activo del niño”.
- El niño también lleva consigo intereses y actividades de su hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar esta “materia prima” orientando las actividades hacia “resultados positivos”
- Es bien conocida la crítica de Dewey a los tradicionalistas por no relacionar las asignaturas del programa de estudios con los intereses y actividades del niño.
- Dewey pedía a los maestros que integraran la psicología en el programa de estudios, construyendo un entorno en el que las actividades inmediatas del niño se enfrenten con situaciones problemáticas en las que se necesiten conocimientos teóricos y prácticos de la esfera científica, histórica y artística para resolverlas. En realidad, el programa de estudios está ahí para recordar al maestro cuáles son los caminos abiertos al niño en el ámbito de la verdad, la belleza y el bien y para decirle: “les corresponde a ustedes conseguir que todos los días existan las condiciones que estimulen y desarrollen las facultades activas de sus alumnos.
- Cada niño ha de realizar su propio destino tal como se revela a ustedes en los tesoros de las ciencias, el arte y la industria” Si los maestros enseñaran de esta forma, orientando el desarrollo del niño de manera no directiva, tendrían que ser, como reconocía Dewey, profesionales muy capacitados, perfectamente el conocimiento es la acumulación de sabiduría que genera la resolución de esos problemas.
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